Hace unos días los habitantes de Luoyang y también los viajeros que se encontraban de paso por esta localidad del centro de China, se sorprendieron de que el río Jian que corre por este lugar estuviera teñido de un color rojo intenso, rojo sanguíneo.
El hecho, que recuerda indeleblemente a la primeras de las diez plagas mosaicas en Egipto, no se debe sin embargo a ninguna causa sobrenatural, sino enteramente terrenal, aunque quizá sí esté relacionada a un castigo.
De acuerdo con las investigaciones llevadas a cabo por las autoridades municipales, la tintura de las aguas tiene su origen en el derrame ilegal que una fábrica de fuegos artificiales realizó sobre el río. El colorante vertido se usa en los envoltorios de fuegos pirotécnicos destinados a las celebraciones del Año Nuevo Chino.
El agua del río ya ha vuelto a la normalidad (la normalidad de la basura flotando en su superficie y de los químicos dando colores extraños, según los locales), y a decir los autoridades nunca representó un riesgo por no contener sustancias químicas tóxicas.
[IB Times]