Por esta razón Murray Rudd, profesor en la Universidad de York e investigador de temas ambientales, llevó a cabo una interesante encuesta en la que preguntó a 583 de sus colegas académicos de varios países por su opinión fundada sobre la conservación ambiental y, específicamente, el problema de la extinción de especies en el planeta y la consecuente pérdida de biodiversidad.
De los investigadores encuestados casi la totalidad, un 99.5%, consideró que la pérdida de diversidad biológica es probable, muy probable o virtualmente probable. Igualmente aseguraron que esta misma pérdida es muy seria o virtualmente cierta en un 72.8% en Europa del este y en un 90.9% en el sur de Asia.
“Entender el grado de consenso al interior de la comunidad científica ayudará a los diseñadores de las políticas a interpretar las advertencias de los científicos, mejorando la probabilidad de éxito de las iniciativas de conservación”, escribe Rudd en el artículo donde publicó estos resultados.
Lo curioso, y también un tanto desolador, es cómo en este y otros asuntos los científicos o especialistas intentan señalar el mejor camino a seguir, pero quienes toman las decisiones —se encuentren en el sector público o gubernamental o en el sector privado— simplemente desoyen e ignoran completamente sus razonamientos.
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