El sitio Inhabitat recorre las iglesias europeas construidas con huesos humanos. Tenebrosas figuras geométricas a base de calaveras ilustran estos templos. ¿Pero por qué se dio esta tendencia? O los arquitectos eclesiásticos creían que torres y vastas paredes de esqueletos humanos lograrían colocar a los fieles en un estado mental de humildad e inspiración religiosa o simplemente no tenían material de construcción y los huesos humanos estaban disponibles.
Arriba la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción de los Capuchinos, en Roma, donde yacen más de 4000 mil monjes que murieron entre 1500 y 1970, misma que en alguna ocasión fue visitada —para su gran placer, suponemos— por el Marqués de Sade.
Cuerpos de víctimas de guerra adornan la Capilla Czermna, en Polonia. Esta capilla fue construida en 1176 por un sacerdote local. Los huesos que llenan el altar son reales y no el set de una película de piratas.
El osario de Sedlec, en la República Checa, tiene una serie de candelabros ensamblados con huesos humanos, no sin cierta elegancia. Escudos sacros de la muerte (o necroflores), estas estructuras se alzan sobre la nave de la iglesia, rediseñada a comisión de la familia Schwarzenberg.
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