El sistema que utilizan en Finlandia para impartir educación a sus habitantes ha sido reconocido como el mejor del mundo. Lo anterior fue establecido en los informes PISA, emitidos por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Con el objeto de descifrar las razones de esta excelencia educativa de Finlandia, Tony Wagner, Miembro de Educación en Innovación del Centro de Tecnología y Espíritu Emprendedor, de la Universidad de Harvard, viajó a este país nórdico. Tras analizar el sistema educativo finlandés, Wagner determinó que este se encuentra fundamentado en cuatro pilares: la confianza, la transparencia, el respeto y el incentivo a pensar más allá de memorizar.
En cuanto a la primera de estas virtudes, la confianza, Wagner considera que se desdobla en una dinámica en la cual "la comunidad confía en los colegios, la población confía en los profesores y los maestros confían en los alumnos". Además, cada escuela goza de una cierta independencia, en lugar de estar completamente sujeta a una autoridad central, lo cual también implica una confianza del sistema educativo a los centros que le representan. Esto último, a su vez, también requiere una cierta transparencia en cada uno de los procesos involucrados en las labores educativas, cualidad que permite que, a pesar de ser un modelo relativamente descentralizado, cualquiera de los involucrados pueda conocer a detalle lo que sucede con el resto de los actores.
Otro aspecto de particular relevancia para generar este ambiente pro-educativo tiene que ver con el prestigio y el respeto ante la figura de los maestros. "Los profesores no solo enseñan materias en los colegios. En nuestro pueblo a menudo vamos a pedirles consejos sobre todo tipo de asuntos”, afirma un ciudadano finlandés entrevistado para el documental The Finland Phenomenon: Inside The World’s Most Surprising School System. Para llegar a ser profesor en este país se necesita cursar tres años de licenciatura más una maestría de otros dos años. Posteriormente se selecciona solo a un pequeño grupo, a quienes se acredita para dar clases. En el último año, por ejemplo, de 1.600 solicitudes destinadas a cursar los estudios para formar parte del profesorado, solo el 10% acreditó las pruebas correspondientes.
Y luego de reflexionar en las características propias del sistema educativo finlandés nos damos cuenta de que en la mayoría de los países del mundo se aplican filosofías muy distintas, incluso opuestas, a las premisas que aquí se adoptan. Lo anterior no sugiere que Finlandia tiene mucho qué enseñar al mundo en materia educativa y cuando ello suceda ojalá, por el bien de todos, estemos dispuestos a aprender de este país.
Twitter del autor: @paradoxeparadis