En lo que pudiera ser un episodio más del gran teatro estadounidense en torno a los supuestos ataques terroristas ocurridos el 11 de septiembre de 2001, en contra de las Torres Gemelas y el Pentágono, el gobierno de este país ha filtrado a los medios, extrañamente, información que sugieren la tentativa de un nuevo ataque para conmemorar los sucesos de hace diez años.
De acuerdo con esta versión, la CIA, el FBI y los cuerpos locales de policía, trabajan en conjunto para encontrar a un trío de terroristas que habría sido enviado por el actual jefe de al-Qaeda con la misión de concretar un ataque terrorista para celebrar el fatídico aniversario. Supuestamente entre los tres terroristas se encuentra un ciudadano estadounidense y dos pakistaníes que habrían ingresado a Estados Unidos el mes pasado y que están acreditados con documentos oficiales, como una Green Card o carta de residencia.
"Vivimos en un mundo en el que debemos de tomar este tipo de amenazas con seriedad", declaró Michael Bloomberg, el alcalde de Nueva York.
Llama la atención que la información haya sido filtrada a todos los medios cuando supuestamente se trata de una grave amenaza contra la seguridad nacional de Estados Unidos, razón suficiente para que las agencias de seguridad hubiesen mantenido total secrecía. Y lo anterior de algún modo refuerza la premisa de que la guerra contra el terrorismo no es más que un sofisticado montaje de gobiernos y grupos de poder, respaldados por los grandes medios, aunque esto, como prácticamente cualquier versión no oficial, está condenada a considerarse una especulación. Pero siguiendo con las especulaciones, si tratamos de imaginar cuál pudiera ser la razón detrás de este nuevo capítulo de propaganda anti-terrorista podemos construir diversos escenarios:
a) Captar la atención de la población en torno a las "celebraciones" del décimo aniversario del ataque (propio o extraño) en contra de las Torres Gemelas (WTC), para enriquecer la épica tristeza y generar un sentimiento de venganza o al menos de apasionado nacionalismo.
b) Generar un estado de alerta y miedo entre los habitantes de Estados Unidos bajo la premisa de que una población asustada se manipula con mucho mayor facilidad.
c) Concretar un ataque "terrorista" que pueda ser utilizado estratégicamente para detonar una nueva ola de propaganda bélica e incluso justificar un eventual ataque contra Pakistán o, por qué no, hacer nuevamente un combo Pakistán-Irán (como lo hicieron con Afganistán-Irak).
Obviamente estas son solo especulaciones y no queda más que esperar y observar muy atentos los acontecimientos, los discursos oficiales y el tratamiento que le den los medios a los sucesos, o a la falta de ellos.