Freegans: diciendo adiós al consumo

Los humanos estamos condicionados a convivir grupalmente, vamos en busca de nuestros similares, ya sean personas que nos hacen reír, gente con la que compartimos intereses creativos, tecnológicos o pura diversión. A lo largo de la historia han existido interesantes logias que han dejado huella y destacan por su convicción.

Una de las tribus más notables hoy en día son los FREEGNAS (su nombre deriva de la palabra en inglés free, libre y gratis, y vegan, vegano, vegetariano), personas que emplean estrategias alternativas para vivir basadas en una participación limitada en la economía convencional y en un mínimo consumo de recursos.

Los freegans surgieron en Estados Unidos a principios de los noventa, se manifiestan en contra del consumo y del desperdicio excesivo de productos, del materialismo, la intolerancia y la codicia, están a favor del reciclaje y de compartir los bienes, abogan por la comunidad, la generosidad, la conciencia social, la libertad y la cooperación.

Su filosofía se basa en la cultura de los diggers, un grupo de teatro surgido en San Francisco en los años 60 que se dedicaba a repartir comida y a ofrecer servicios gratuitos.

Una de las actividades más notables de esta comunidad  son las colectas en basureros, realizadas en grupo o individualmente,  y de las que siempre comparten lo encontrado.

Dentro de dichas búsquedas destaca el “Dumpster Diving” o recolección urbana, la cual consiste en buscar en la basura de hoteles, casas y restaurantes, entre otros, objetos en buenas condiciones que funcionen y puedan ser usadas.

Otro conocido hábito es el “Food Not Bombs” que consiste en recuperar comida que de otro modo sería desperdiciada: la rescatan y utilizan para ofrecer comidas al aire libre a las que  puede asistir cualquiera que lo desee.

Los Freegans solamente consumen bienes de segunda mano, utilizan transporte sustentable —los que no pueden prescindir de un auto alimentan el motor del coche con aceite de cocina usado—, realizan mercados gratuitos donde el trueque es el único método valido, utilizan herramientas on line —tales como freecycle— para optimizar sus recursos y organizan en edificios abandonados programas públicos que incluyen actividades artísticas para niños, educación ambiental,  jardinería y trabajo voluntario.  Todo esto con la convicción de buscar mejoras en sus comunidades sin necesidad de gastar dinero ni depender del sistema.

Se calcula que existen casi tres millones de Freegans en el mundo, organizados en tres mil 800 comunidades. Algunos de los países donde existe este movimiento son Estados Unidos, Brasil, Argentina, España, Corea, Estonia, Suiza y Gran Bretaña. Nueva York es la ciudad con la mayor comunidad Freegans del mundo,

¡Ojo! No confundir a estos activistas con simples vagabundos que no siguen ninguna de las normas del freeganismo y tampoco tienen consciencia social.  

 Twitter de la autora: @ginjaramillo

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