La primera liga entre el Castillo de Stirling y el legendario rey Arturo la dio William Worcester, cronista y anticuario inglés que vivió entre 1415 y 1482 y que en su madurez fue secretario de Sir John Fastolf (modelo del icónico del Falstaff de Shakespeare). Sin duda el doble interés de Worcester por la nobleza y las antigüedades, aunado al afán propagandístico y patriotero de la dinastía Tudor en la época, condujo a Worcester a ese mítico origen del rey noble, justo, bondadoso y leal que, según la tradición inglesa, fue Arturo. Otros poetas e historiadores como John Barbour y David Lindsay, más o menos del mismo tiempo que Worcester, corroboraron o repitieron el vínculo entre Stirling y el llamado ciclo artúrico.
Ahora, sin embargo, arqueólogos de la Universidad de Glasgow, trabajando conjuntamente con las asociaciones locales de Historia y Arqueología de Stirling, parece que han descubierto al menos una parte de la realidad de esta leyenda. Estudiando el “Nudo del Rey” [King’s Knot] —un terraplén en los antiguos jardines debajo del castillo, en los que alguna vez hubo césped, flores y anchos paseos, de los cuales ahora solo queda una geométrica silueta— aseguran que ahí pudo asentarse la emblemática mesa redonda del Rey Arturo y sus caballeros.
“Utilizando sensores remotos de geofísica, los arqueólogos han localizado restos de una fosa circular y otros trabajos sobre el terreno, todo esto debajo del 'Nudo del Rey'. Los hallazgos muestran que el montículo actual se erigió sobre un sitio más antiguo, lo cual arroja una nueva luz a la tradición de que la Mesa Redonda del Rey Arturo se encontraba en esta zona”, dijo el historiador John Harrison, de la Stirling Local History Society.
La investigación incorpora las técnicas más novedosas de geofísica, con las cuales es posible reconstruir estructuras perdidas y características de edificios derruidos hasta por un metro por debajo del suelo.
Harrison, amplio conocedor tanto del castillo como de los sucesos ahí desarrollados, piensa que él y sus colegas se encuentran en un punto de la historia en el que los relatos poco aportan a la solución del enigma: “Es un misterio que los documentos no pueden resolver, pero la geofísica nos ha dado una nueva perspectiva sobre el asunto”, concluyó.
Aquí una imagen más detallada del King's Knot y su situación con respecto al Castillo de Stirling.