Los arquitectos Elías Cattan y Lucie Nguyen y el biólogo Delfín Montañana imaginan rescatar el Río Piedad, un cuerpo de agua que para la mayoría de los ojos citadinos es simplemente un canal de basura y heces fecales pavimentado desde 1952 que corre a lo largo del Viaducto Miguel Alemán (la vía arterial que se convierte en río cada vez que cae una fuerte tormenta en la Ciudad de México).
Ganar de vuelta este río no solo reformaría estéticamente la ciudad y la dotaría posiblemente de áreas verdes, sería también un acto simbólico de renacimiento de entre las fauces fecales y decadentes en las que se encuentra buena parte de esta urbe.
Cattan planea, según una entrevista con el NY Times, una "infraestructura transformacional", detonada por la rehabilitación del Río Piedad, hasta activar antiguas glorias prehispánicas. La propuesta incluye restaurar por lo menos tres ríos y reemplazar algunas vías centrales con un anillo de agua y parques.
Aunque esta idea de "cirugía urbana" parece ser muy buena, como suele suceder con los grandes sueños de los jóvenes se ve obstaculizada por los recursos limitados y las viejas prácticas burocráticas.
“Nuestro plan es desentubar el Río de la Piedad, el cual está oculto desde 1952 y solo arrastra aguas negras. Queremos crear un circuito de agua con parques lineales que hagan atractivo al Viaducto y que, además, generen un microclima templado en una extensión de casi 14 kilómetros, en vista de que el río cruza por cinco delegaciones, de Poniente a Oriente.
No sabemos bien qué tan factible es que esto suceda —el proyecto costaría entre 12 mil millones y 15 mil millones de pesos— pero reconocemos a Cattan cierta prosapia utopista al citar al gran Buckminister Fuller, diciendo "Vuelve obsoleto aquello que quieras cambiar ". ¿Ha llegado a la obsolescencia esta ciudad? Una ciudad de la que todos somos no solo pasajeros, sino tripulación (parafraseando de nuevo a Bucky Fuller, quien dijera que todos somos tripulación en la nave Tierra.)
“El proceso sería desentubar este río, encofrarlo, separar drenajes, poner una serie de plantas de tratamiento de agua descentralizadas y proyectar una línea del Metrobús por Viaducto. Esta vialidad es el punto de inflexión perfecto para modificar la movilidad, tal y como lo han hecho otras ciudades del mundo como Madrid y Seúl”, explicó Montañana.
"Sólo quiero un río. Un río real", dice Cattan al New York Times, con un dejo onírico infantil.