De manera un poco maquiavélica, la ONU, a través de su dependencia de control de narcóticos ha emitido una recomendación a los gobiernos del mundo de prohibir el uso de las llamadas plantas sagradas, tales como la ayahuasca (una cocción que combina dos o más plantas, cuyo ingrediente activo es el DMT) y la iboga. El mensaje, como advierte el Centro para la Investigación, Estudio y Servicio Etnobotánico (ICEERS), incurre en una dudosa ambivalencia ya que por una parte la ONU dice reconocer los derechos de los pueblos indígenas y financiar programas para su preservación, al tiempo que recomienda hacer ilegal el uso de etnobotánicos que claramente tienen un uso tradicional y son parte importante de la identidad cultural de varios grupos indígenas y religioso.
ICEERS busca proteger el libre uso de estas medicinas milenarias dentro de su conexto tradicional y llama a unirse a una petición a a la ONU, la cual puedes firmar aquí.
Recordamos también que esta loable organización cuenta con diferentes mecanismos de denuncia y apoyo legal en casos en los que las autoridades se opongan al derecho a consumir plantas tradicionales de uso sacramental.