La Marcha de las Putas

El 24 de enero del 2011 el oficial de la policía de Toronto, Michael Sanguinetti, daba una charla en la universidad de York sobre la seguridad pública entre los jóvenes estudiantes. Entre las múltiples recomendaciones que dictó al auditorio, el oficial tuvo la no muy brillante idea de sugerir a las mujeres que “evitaran vestirse como putas (slut, en inglés) para que no se convirtieran en víctimas”. La reacción fue casi inmediata. Múltiples movimientos estudiantiles, tanto feministas como defensores de la igualdad de género, estallaron en reclamaciones contra el oficial de policía, que posteriormente se disculpó en público por sus comentarios.

Un mes después la justicia canadiense condenaba a 2 años de libertad condicional a  Robert Dewar, acusado de violación. La razón por la cual no recibió los 3 años mínimos de prisión por el crimen fue que el abogado alegó para su defensa que “el sexo se sentía en el aire y él tan solo malinterpretó las señales. Además, la chica llevaba una blusa pequeña y tacones altos”.

Ante un panorama que parecía querer explicar el acoso como una “provocación” incentivada por la vestimenta femenina, las activistas Sonya Barnett y  Heather Jarvis concibieron una marcha que llamara la atención de la población mundial sobre el hecho de que ningún tipo de vestimenta justifica el acoso o la violencia sexual hacia las mujeres. Desde una perspectiva objetiva, sabemos que un hombre puede salir a la calle con prendas ajustadas o provocativas sin temer que una multitud de mujeres lo agredan sexualmente. Si la mujer carece de este privilegio, el problema no se encuentra en las “prendas ajustadas y sexualmente provocativas”, sino en la carencia de control y respeto tan fomentada en la sexualidad masculina.

Así nació la “Marcha de las Putas” (Slutwalk), llevada a cabo el 3 de abril de este año con más de 3,000 asistentes que, en Toronto, caminaron desde el Queen’s Park hasta el cuartel general de policía. Aunque la marcha sugería que las mujeres utilizaran sus vestimentas regulares (simbolizando el acoso que sufren incluso cuando su vestimenta no es provocativa), cientos de personas caminaron por las calles luciendo sus atuendos más provocadores y ostentando lemas como “Jesús ama a las putas” o “créelo o no, esta minifalda no tiene NADA que ver contigo”.

El éxito de la marcha como una manifestación en contra del acoso sexual y de la discriminación de género la ha llevado a diferentes ciudades del mundo como Londres, Nueva York, Sydney y próximamente la Ciudad de México y Nueva Delhi. Y aunque distintos grupos (tanto conservadores como liberales) critican fuertemente el uso de la palabra “puta” para exigir la no discriminación, Slutwalk es ya un emblema para las mujeres cansadas de soportar el peso de un machismo profundamente incrustado en la mentalidad humana.

Si te interesa asistir a la marcha que se llevará a cabo en la Ciudad de México, la cita será el domingo 12 de junio a la 1:30 de la tarde, desde la glorieta de la Palma en avenida Reforma hasta el Hemiciclo a Juárez. No olvides que el lema de la marcha será “No es NO”, así que si eres de esos hombres que no sabe asimilar una negativa, te recomendamos que mejor te quedes en tu casa viendo un partido de fútbol.

 

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