Cuando son víctimas de un estrés excesivo o demasiada tensión durante su jornada laboral, la mayoría de los oficinistas recurre a actividades como ir por un cafa a la máquina dispensadora, salir a fumar un cigarrillo, chatear un poco por Facebook o algún otro sistema de mensajería instantánea en internet, o simplemente desplazarse de un lado a otro para estirar las piernas. Pero, en cambio, Ana Catarina Bezerra recurre a la masturbación, y lo hace hasta 18 veces por día. La diferencia es que Ana ha sido diagnosticada con exceso de ansiedad y con un desorden ligado a esto que se conoce como hipersexualidad.
Por eso ella debe recurrir a las masturbación como un antidoto conductual para combatir su desequilibrio químico, el cual aparentemente de detona por problemas hormonales. Ana se dio cuenta que el masturbarse le ayudaba a sentir un momentáneo alivio ante su desbordado estrés. "Me ponía tan mal que en ocasiones me masturbaba hasta 47 veces al día, y fue ahí cuando decidí pedir ayuda. Sabía que mi caso no era normal. Tras acudir con un doctor que la esta medicando, Ana debió llevar al jefe de su oficina ante un juez para asegurar que le concediera autorización para masturbarse a lo largo de la jornada laboral. hace unas pocas semanas finalmente ganó el caso y ahora puede alcanzar múltiples orgasmos en la oficina, e incluso puede hacerlo recurriendo a sesiones de porno en su computadora de trabajo. Y como dicen que un empleado feliz es más productivo, tal vez Ana termine siendo, envuelta en sus multiorgasmos, la mejor contadora de todo Brasil.
[Jezbel]