El reportero Nic Robertson de la cadena CNN encontró unas matas de marihuana creciendo a un lado de la casa donde supuestamente se escondía Osama bin Laden. La ganja yacía apenas afuera de una barda de la casa y se especula que podría haber sido crecida por Osama o alguno de las tres docenas de personas que habitaban la mansión de bin Laden.
En el terreno de las suposiciones surge la idea de que bin Laden podría haber usado la marihuana para paliar la enfermedad del riñón que padecía, muy a la California. Una enfermedad que según varias teorías habría acabado con la vida de este fantasmagórico terrorista años atrás.
Así que si consideramos la posibilidad de que esa no era la casa de Osama -¿porque Osama es un personaje de una película?- resulta un poco sospechoso que CNN y por ende miles de medios en el mundo recircularan la información de la marihuana a un lado de la casa de bin Laden. Quizás con la lógica neo-neanderthal de las cadenas del mainstream media asociando al “hombre malo” con la “hierba mala”, una ecuación simplista pero que psicológicamente tiene sus efectos, especialmente en la mente de millones de estadounidenses que educados por la TV y el maniqueismo mediático ven el mundo en blanco y negro, en bueno y malo (y sus cerebros son fáciles de intervenir). ¿Osama bin Laden un cabeza de cannabis, un “pothead”? Esa planta es mala, es diábolica, alejenla de nuestros niños.
Evidentemente entramos en la especulación al decir que se trata de una campaña en contra de la marihuana, quizás no hay un trasfondo en que la cámara de CNN decidió grabar el cannabis en Pakistán, pero generalmente esta cadena que hace de la guerra y el terrorismo un producto sigue un guión rigurosamente, así que podemos volarnos.
Pakistán y Afganistán son conocidos entre los diletantes de la ganja por su poderosa cepa, apodada Kush.