La información sobre esta escapada fue develada por el diario Handesblatt y la empresa Munich Re tuvo que aceptar que lo ocurrido fue cierto.
Según reportes las mujeres portaban pulseras para diferenciar cuáles estaban destinadas a satisfacer los deseos sexuales de los más altos directivos y se les realizaba un conteo de sus encuentros íntimos con un sello.
La prostitución es legal en Alemania y en Hungria, pero de cualquier forma muchos de los ejecutivos manifestaron su indignación ante la violación de la confidencialidad empresarial, acaso temiendo por los problemas maritales que dicha fiesta sexual puede ocasionarles. La noticia por una parte revela una serie de dudosas prácticas acostumbradas dentro de las empresas y la sexualidad furtiva del hombre moderno. Otros, en cambio, celebran la fiesta sexual, buscando aplicar a esta compañía, celebrando la forma en la que motiva a sus empleados.