Aún en el año 2000 Monowi todavía no era ese idílico paraíso en torno a la soledad del ser pues en el censo de ese año se registraron dos habitantes, Elsie y su ahora difunto esposo Rudy. Sin embargo, en 2004, con la muerte de Rudy, Elsie tomó la desición de permanecer aquí y así convertirse en la única pobladora de este lugar. "Seguramente tenemos el récord de un súbito descenso poblacional cuando bajamos un 50%. pero yo decidí quedarme tras la muerte de mi marido. Esta es mi casa" afirma Elsie de 77 años, "yo soy todo aquí. Ni siquiera hay necesidad de elecciones por que soy la única (y pues automáticamente gana asignándose su propio voto)" agregó.
[Reuters]