La creatividad de la demencia no tiene límites cuando se trata de manifestarse en acciones poco usuales. Tal es el bizarro caso de un depresivo autocanibal que decidió, tal vez como tributo a su estado de ánimo, cercenar su propio dedo, cocinarlo junto con una delicada selección de vegetales y, posteriormente, tomarlo como alimento. Lo que ha llamado la atención de la comunidad psiquiátrica alrededor del mundo es que los casos de auto-canibalismo son muy escasos y en ese sentido resultan harto interesantes a los estudiosos de las patologías mentales.
Lo poco usual de este comportamiento motivó al médico forense Erik Monasterio y a su colega, el psicólogo clínico Craig Prince a alertar a la comunidad psiquiátrica sobre este caso a través de la publicación Australasian Psychiatry. Su paciente, un joven de 28 años, estaba diagnosticado con depresión moderada y no consumía alcohol ni drogas. El caso estaba simplemente etiquetado como un sujeto con "una vulnerable estructura de personalidad". De hecho, cuando procedió a devorar su propio dedo, se encontraba desde hace tiempo en tratamiento médico para combatir su depresión, lo cual de algún modo también invita a cuestionar los métodos con los que se trata tradicionalmente a personas con desórdenes psico-emocionales.
[NZHerald]