París prefiere la cocaína, mientras que en Adelaide, Australia, la sutancia preferida es el MDMA. Dos estudios científicos recientes toman las aguas residuales que fluyen por el alcantarillado como muestra para analizar los patrones de consumo de las urbes.
Un estudio realizado en la Universidad de París-Surf encontró que el agua residual parisina se llena de cocaína y sus metabolitos los fines de semana y en menor medidad de MDMA.
En el reino de Oz, en Australia, las cosas son al revés. Un estudio de la Universidad de Adelaide mostró que los fin de semanas se quintuplica el uso de MDMA y sube el 30% el uso de metanfetamina; la cocaína se mantiene en tercer lugar toda la semana.
Otro estudio realizado en Estocolmo calculó que en la capital sueca se consumen más de 3 mil dosis de cocaína en una noche de fin de semana.
Un reporte anterior de la ONU sostenía que el uso de cocaína estaba distribuido de igual manera en Europa que en Oceanía, lo cual estos estudios contradicen, señalando que la coca es hasta 30 veces más prevalente en Europa, lo cual tiene cierta lógica tomando en cuenta las rutas del tráfico a través de África.
Por cierto, no es que los ciudadanos estén entrando en crisis y arrojen sus drogas por el retrete, sino que al analizar el agua residual se detectan las drogas en la orina y en el excremento.