Recorrriendo el fascinante mundo de la trivia y los datos chuscos de los animales, particularmente su sexualidad, nos encontramos con el caso de la trucha fario, o trucha café (Salmo trutta), una especie en la que la hembra utiliza la vieja técnica de fingir el orgasmo para engañar a los machos, haciéndolos pensar que se han apareado con éxito, y de esta forma permitiéndole a la hembra moverse a encontrar un macho más apto con el cual aparearse y hacerlo en serio. No hay duda que este tipo de casos donde la biología esta de por medio pueden ser crueles, o simplemente la moral es algo que pasa a segundo término. Pese a la sofisticación emocional y a toda la parafernalia que envuelve a la sexualidad humana, probablemente no sean pocos los casos en los que las mujeres, a veces siguiendo también un instinto inconsciente, hacen la misma que la de la trucha.
Otra conducta sexual curiosa es la del escarabajo castaño (Tribolium castaneum), el cual puede impregnar a una hembra que nunca ha conocido, como si fuera el sucedáneo del espíritu santo de los insectos. En el caso de esta especie varios machos se aparean con cada hembra. El primer macho deposita el esperma en la hembra, el segundo macho al aparaerse usa su espinosa genitalia para remover el esperma de su competidor antes de aparearse, inadvertidamente llevando en muchos casos el esperma de su competidor a reproducirse con otra hembra, la cual el primero jamás conoció. Se calcula que una de cada ocho hembras es impregnada de esta forma.
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