Aunque generalmente se piensa que la felicidad está ligada a la juventud, a la plenitud de nuestra capacidades físicas, en una cultura hedonista, resultados de un estudio de la American National Academy of Sciences, contradicen radicalmente esta creencia. Pese a que el modelo o paradigma en el que vivimos representa la felicidad como una posesión, algo que sólo se puede tener si se es joven, bello, rico y si se tiene los productos que otorgan status y la pareja idealizadas por esta sociedad consumista, parece que en realidad la felicidad tiene más que ver con la tranquilidad mental, con conocerse a sí mismo, con aprender a aceptar las cosas y quizás con liberarse de estas presiones sociales que por momentos se postulan como artificiales imperativos categóricos.
El profesor Lewis Wolpert del University College de Londres, explicó que las personas son “medianamente felices" en su adolescencia y en sus veintes, lo que declina hasta la temprana adultez, cuando tienen que mantener una familia y carerra.”Pero después, pasando los cuarentas, las personas se vuelven más alegres y optimistas, acaso llegando a un pico en sus setentas y ochentas".
El estudio, que se basó, en un sondeo de 341 mil personas, mostró que la curva de la felicidad baja hasta los cuarenta y pico y sube hasta llegar a sum axiom a los 85 años, en la feliz senectud. Andrew Steptoe del UCL explicó que esto tiene que ver con que actualmente muchas personas llegan a esta edad con buena salud, lo cual hace que etsa etapa sea doblemente disfrutada.
Investigación muestra también que aunque la vejez debilita habildades como las matemáticas algunas, como el procesamiento del lenguaje o la capacidad de tomar decisiones, mejoran con los años.
[Telegraph]