En un episodio más de crímenes sexuales en el seno de la iglesia católica, el Vaticano recientemente realizó una sorprendente declaración al confirmar que en al menos 23 países se han registrado asaltos sexuales en contra de monjas. Pero lo más sorprendente es que estas violaciones han sido obra de curas y sacerdotes de la propia iglesia.
Al parecer la mayoría de los abusos han ocurrido en países africanos en donde curas que han hecho el voto de celibato, que anteriormente recurrían a la prostitución, ahora han preferido violar a monjas para evitar el riesgo de contraer VIH. A ello se suman diversos reportes que denuncian a clérigos que explotan su influencia financiera y religiosa al interior de la estructura católica para ganar favores sexuales por parte de las monjas.
Con ello se manifiesta una proyección más que evidencia la tergiversación del celibato al interior de la iglesia católica, así como la corrupción moral y las prácticas denigrantes que pulsan al interior de las entrañas de una de las instituciones más poderosas, acaudaladas y a la vez, pervertidas, de los últimos siglos.