Uno de los templos taoistas más grandes de Hong Kong ha cambiado de piel para recibir el año del conejo con toda una constelación electrónica revisitiendo sus instalaciones. En vez de encontrar varas de incienso quemando como es la tradición, diferentes deidades electrónicas se encienden y soplan humo artificial como señal de aceptación cuando reciben una ofrenda.
En el salón para rezar se ha remozado el piso con mármol, oro y piedras preciosas y se ha equipado con LEDs y detectores de movimiento infrrarojos. Justo a tiempo para fomentar la abundancia del nuevo año con abundancia, el templo Won Tai Sin se ha gastado 13 millones de dólares en la remodelación high-tech.
Las criticas vienen por el lado de que toda la remodelación obedece a una preponderancia de la parafernalia y del encandilamiento tecnológico sobre los valores taoistas, como una estrategia de negocios. Creando un tipo de parque de atracciones donde antes había un templo. Cubriendo el flujo del innombrable Tao con el humo artificial. Sin embargo es difícil negar que el lugar se ve bastante bien con sus pisos brillantes y sus dioses electrónicos.