Curiosamente el grupo de petrificados testigos, en lugar de asumir que estaban frente a un performance sexual decidieron que se trataba de una escena en la que un hombre se estaba retorciendo debido a los efectos de un ataque bio terrorista en su organismo. Alarmados llamaron a la policía para advertir a las autoridades sobre el ataque. Una vez que arribaron los policías confirmaron que se trataba de una dinámica sexual y, seguramente después de reír un poco, se alejaron del lugar sin arrestar al esclavo y la domniatrix, pero si les advirtieron que no perturbaran la vía pública con sus prácticas.
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