La Iglesia Católica cree que detrás de la ola de violencia -más que la CIA, más que la negligencia y corrupción política- se oculta Satán, la cabra ubicua en el establo. Por esto proponen formar grupos de oración para rescatar a los influenciados por el hechizo de la Gran Bestia, según le explicó el sacerdote Pedro Mendoza Pantoja, coordinador de exorcistas, a la BBC.
Al parecer el trabajo de los sacerdotes exorcistas aumentó en los últimos años a tal nivel que la Iglesia propone tener por lo menos uno de estos especialistas en cada parroquia.
Más allá de que la reacción de la Iglesia podría parecer rídicula para la conciencia secular, ¿quién podría afirmar a ciencia cierta que no existen fuerzas oscuras en este planeta que en cierta forma influyen en la conducta de los hombres?
Y hablando del diablo, una cita, de quien se hizo llamar, con genial superchería, La Gran Bestia, el diabólico Aleister Crowley (esperando que los lectores no nos arrojen su anatema, ya que esto sólo es una provocación literaria y no una filiación); el diablo como un arquetipo de la mente humana:
"El Diablo no existe. Es un falso nombre inventado por los Hermanos Negros para implicar una Unidad en su ignorante charco de dispersiones. Un diablo que tuviera unidad sería un Dios... 'El Diablo' es, históricamente, el Dios de cualquier gente que a uno personalmente le cae mal... La serpiente, Satán, no es el enemigo del hombre, sino aquel que hizo dioses de nuestra raza, conociendo el Bien y el Mal; exhortó: "Conócete a ti mismo", y enseñó la Iniciación. Es "El Diablo" del Libro de Thoth, y su emblema es Baphomet, el Andrógino que es el jeroglífico de arcana perfección... Es de esta forma la Vida y el Amor. Pero mas allá su letra es ayin, El Ojo, y así es la Luz; y su imagen zodiacal es Capricornio, la cabra saltarina cuyo atributo es la Libertad" (Aleister Crowley, Magick).