Otro dato interesante que arrojó la encuesta es que a pesar de la enorme cantidad de tiempo que ellas dedican a pensar en comida muchas mujeres no disfrutan esta actividad. El 25% reveló estar constantemente preocupadas por su peso, lo que resulta en una extraña relación de amoro odio, o de deseo y pudor, entre la mente femenina y la comida.Y aún más extravagante, el 60% de las chicas afirmó que no les gusta comer enfrente de sus parejas y el 13% declara elegir una opción más "saludable" cuando ale a comer a un restaurante por encima del platillo que en realidad más se les antoja.
En resumen, los hombres deben de configurar alguna manera de batir a su histórico enemigo y con ello podrían saciar sus deseos sexuales con mayor frecuencia y a la vez alejarían a las mujeres de su recurrente y pecaminoso pensamiento. Y si lo logran seguro podríamos ver como el planeta transmuta en una gigantesca carita feliz...
via Daily Mail