¿Canvas de los dioses o una entidad meta consciente que simplemente se autodiseñó a partir de una cosmética más allá de nuestro modelo de perfección? La Tierra como una gema multicormática y polimórfica que seguramente representa un espectáculo particularmente inspirador aún dentro de un universo infinito. Nuestro planeta posee un discurso estético que se divierte, magistralmente, con alguno los lenguajes más sofisticados a los que se tiene acceso: la geometría, la cromática, el ritmo, y la dualidad. Ecos prismáticos que manifiestan la divinidad en cada detalle y que inevitablemente nos llevan a tributar el entendimiento de las nociones fractal y holográfica. Y lo que desde arriba, por medio de una fotografía satelital, se percibe como la manifestación de la más pura belleza, abajo, desde donde estamos, esa misma belleza se respira cotidianamente a pesar de nuestro sistemátco olvido: As above, So below...