El secreto evolutivo del orgasmo femenino

El orgasmo masculino es conspicuo, casi inocultable, y condición sine que non de la reproducción humana, un ave poco misteriosa para la biología. Pero en una ciencia tradicionalmente dominada por los hombres, los secretos del orgasmo femenino se han ocultado históricamente, a veces relegados a un apéndice biológico, a veces objeto de una fascinación incomprendida. La pornografía ante este misterio movió en los setenta la ubicación del orgasmo de la zona genital al rostro -paralelamente algunos biólogos evolucionistas pensaban que la función del orgasmo femenino tenía que ver con detonar bioquímicos y emociones que reforzaban los lazos de pareja propiciando la confianza y la fidelidad en torno a un hombre.

Otros científicos como Stephen Jay Gould creen que el orgasmo femenino no tiene ninguna función evolutiva, es un accidente del clitoris -como pene no desarrollado-.

Pero recientemente psicólogos evolucionistas han propuesto la teoría más firme de la función orgásmica femenina: es una sofisticada adaptación que le permite a las mujeres manipular -aunque sin su propio conocimiento- cuál de sus amantes fertilizará su óvulo.

Desde los sesenta, la literatura médica, recoge el caso de un marinero el cual tuvo sexo con una mujer que al tener un orgasmo la contracción de los músculos vaginales succionó el condón a su canal cervical. Prematuramente los doctores concluyeron que esto se debía a que los orgasmos femeninos jalan el esperma hacia el óvulo.

Pero sólo fue hasta hace un par de años que los biólogos británicos, Robin Baker y Mark Bellis, probaron esta hipótesis. Después de registrar el tiempo de orgasmo en más de trescientas relaciones sexuales, y tomando la eyaculación masculina del flujo vaginal, descubrieron que cuando una mujer llega al orgasmo un minuto  antes o hasta 45 minutos después de que su pareja eyacule, retiene mayor cantidad de esperma que si no tiene un orgasmo. Cuando su orgasmo precede más de un minuto al de su pareja retiene poco esperma.

Por otra parte los psicólogos Randy Thornhill  y Steve Gangestad de la Universidad de Nuevo Mexico en Albuquerque, han probado la perferencia sexual de las mujeres identificando que las mujeres prefieren a los hombres cuyos rostros y cuerpos exhiben mayor simetría. Existe evidencia médica de que las personas simétricas tienen también sistemas inmunológicos más sanos que sus contrapartes asimétricos.

Thonhill y Gangestad hicieron pruebas en este sentido y encontraron que las mujeres reportan tener una mayor frecuencia de orgasmos con hombres "simétricos" independientemente de si tienen o no una relación de pareja.

El estudio también arrojó un descubrimiento interesante. Existe una correlación entre fingir un orgasmo y flirtear con otros hombres, al menos en este estudio, lo que  podría indicar que fingir orgasmos es la forma más fácil que tiene una mujer con varios amantes de evitar la sospecha de su pareja, dándole seguridad a través de su "orgasmo".

En conclusión se podría decir que las mujeres tienen orgasmos con mayor frecuencia con parejas simétricas, como una forma de incrementar su posibilidad de tener los hijos de estos hombres que tienen mejores genes. Reiteradamente quien se asoma a la biología nota que aunque desde la óptica del cerebro parece que somos nosotros los que llamamos las jugadas, son los genes los que en realidad manipulan el destino de este juego.

Vía Psychology Today

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