En una maravillosa lección alegórica de naturaleza holográfica y magia espontánea, el fotógrafo de National Geographic, Robert Haas, capturó desde el aire una espontánea formación de miles de flamingos (o flamencos) que replica la silueta de un flamingo gigantesco. Este didáctico y asombroso fenómeno fue retratadoen en Yucatán, un estado ubicado al sur de México junto al mar Caribe. Llama la atención la complejidad implícita en este comportamiento colectivo que requiere de una afinada coordinación y sincronía, la cual en este caso resulta de manera orgánica y natural. Y si la comparamos con el tiempo, la energía, y la cantidad de recursos que nos requiere a los humanos realizar este tipo de "montajes" masivos, es dificil no aludir a que la sofisticación de una especie alineada con las fuerzas naturales es muy superior a la racionalidad que deja de tomar en cuenta estos factores.
Algunos testigos de este fenómeno afirman que este diseño debe implicar, al menos en alguna medida, la intervención divina. Pero una versión más apegada a la biología asegura que este tipo de diseños inteligentes realmente corresponde a un mecanismo de defensa de grupos masivos de estas aves ya que al proyectar una figura auto replicada construyen un escenario imponente para cualquier potencial depredador. Pero más allá de la versión biológica o de la "divina" lo cierto es que este cautivante fenómeno nos invita a reflexionar en el modelo holográfico y fractal de nuestro universo, en la perfección natural, y en el viejo proverbio que afirma, sabiamente, que todos somos uno.
Este flamingo compuesto de flamingos, se asemeja a la descripción del pájaro fractal por antonomasia, el pájaro simurg, una ave mítica compuesta por múltiples aves, una en cada pluma.