Pero la historia de como fue descubierta esta enorme colección de obras no es menos extraordinaria que las piezas en sí. El pasado 9 de septiembre Pierre Le Guennec, de setenta años, se trasladó de su casa ubicada al sur de Francia, en la Costa Azul, hasta las oficinas de la Administración Picasso en Paris. Una vez ahí fue recibido por el más joven de los hijos del pintor, Claude, y quien es el encargado de administrar su herencia artística. Ante él, Pierre presentó una serie de 175 obras que aparentemente eran de Picasso. En un principio el heredero del artista pensó, por obvias razones, que no se trataba de originales, sin embargo luego de unos minutos pudo constatar que las obras incluían un sistema numérico secreto que sólo era conocido por el autor y por algunas personas muy cercanas a él.
Finalmente se confirmó que todas las piezas efectivamente eran obra de uno de los más talentosos pintores del siglo XX y que databan de un periodo entre 1900 y 1932, justo cuando Picasso dejó Barcelona y llegó a Francia. Hasta ahora el valor de la colección se ha calculado aproximádamente en $80 millones de dólares pero no se descarta que pueda secnder significativamente el cálculo.