Los visitantes divertidos por la personalidad de este mono, siguieron cediendo ante su tabacomanía, aunque eran acosados por los activistas en pro de los derechos de animales. Los activistas buscaron que el zoológico cortaran la provisión de nicotina de Charlie. Ante la muerte de este popular chimpancé, el zoológico emitió un comunicado que la nicotina no tuvo que ver en su muerte. Charlie vivió 52 años, 10 más del promedio entre su especie.
“Aunque estaba recibiendo trato especial, una dieta que incluía smoothies de proteínas, y suplementos alimenticios como vitaminas y minerales, su muerte se debió a la edad”, dijo el vocero del zoo Qondile Khedama a la BBC, que también reporta el caso de otro chimpancé en Rusia que entró en rehabilitación porque empezó a molestar a los visitantes pidiéndoles alcohol y cigarros.
Vía Time