¿Estas harto de que tu piel no brille? ¿Te cuesta trabajo encontrar tus manos en la obscuridad? ¿Crees que ya llegado el momento de tomar desiciones radicales en la selección de tus accesorios nocturnos? Si tienes una respuesta afirmativa para cualquiera de estas preguntas es tiempo de implantarte unos LEDS en la piel.
Los LEDS son la mejor opción, la más confiable y la más tecnológica fuente de luz. Pero su potencial apenas comienza a ser realmente disfrutado, pues con el tiempo nos hemos dado cuenta de que estos minúsculos y luminosos dispositivos pueden insertarse en cualquier lugar, comenzando por nuestro cuerpo. El problema hasta hora había sido la imposibilidad de crear superficies flexibles implantadas con LEDS. Sin embargo, un equipo de investigadores de la Universidad de Illinois, encabezado por John Rogers, ha logrado ajustar grandes cantidades de estos diminutos generadores de luz dentro de superficies completamente maleables que pueden estirarse y retorcerse hasta por 720 grados. Además su funcionamiento no se ve afectado por entornos húmedos, como el interior de nuestra piel.
A pesar de que los LEDS ya forman parte de la cultura electropop lo cierto es que la verdadera revolución en torno a ellos aún no ha estallado. En pocos años estos dispositivos lumínicos inundarán las tendencias de fashion futurista, además de que serán cada vez más requeridos en cualquier show o performance de proyecciones audiovisuales y eventualmente pasarán a formar parte como tecnoaccesorios incrustados en el cuerpo humano: dedos que brillan, tatuajes que transmiten video y neuroconexiones proyectadas en nuestra propia cabeza como parte de un luminoso desfile de pensamientos.
[PopSci]