En un controversial recurso marketingero que pone en evidencia, una vez más, la sed de las marcas por incentivar el consumo de las personas frente a sus productos o negocios, obviamente incluida la denigración de un ser humano, una sex shop puso a desfilar en la calle, con pretexto de estar en la grabación de un comercial, a una atractiva mujer desnuda, esposada, arrastrando una carreta.
El sexo surrealista escenario, demasiado llamativo aún para la sofisticación cultural y apertura sexual de los alemanes, causo un caos vial y atrajo la atención de cientos de personas que inesperadamente pudieron presenciar el espectáculo. Por otro lado, la reacción de algunas organizaciones civiles no se hizo esperar, y acusaron a la tienda de recurrir a una estrategia sexista y denigrante para promover su negocio.
Es importante aclarar que de no haberse tratado de un recurso de marketing este performance podría ser más que celebrable ya que seguramente indujo un estado de catarsis a más de un transeúnte, en una especie de oxymoron urbano de la relidad cotidiana. (Por que hay una mujer desnuda arrastrando una carreta en donde debería de haber sólo un semáforo?) Sin embargo la agenda es parte de la esencia, y tomando en cuenta que hay un interés comercial detrás de este acto lo convierte en una acción un tanto nefasta.
via AFP