Mujer pierde la cabeza y ataca a empleados porque no tenían McNuggets

La comida chatarra puede ser un obscuro objeto del deseo al punto de trastornar seriamente el comportamiento humano, que busca la efímera recompensa de los procesos químicos que desata. Un caso que da la vuelta al mundo es el de Melodi Dushane, quien fue arrestada por golpear a los empleados de McDonalds en Toledo, Ohio, luego de que no le entregaran McNuggets porque no estaban en el menú de desayuno. Dushane se volcó a golpear a las tendedoras en un arranque de enajenamiemto, intentando obligarlas a que produjeran las adictivas piezas de pollo.

Y lo peor es que tal vez el pollo ni siquiera es pollo, Melodi Dushane obsesionada por un pollo irreal en la mañana, ahora cumple 6 meses de prisión.

Según el diario El País, la revista Nature Neuroscience publicó un estudio en el que muestra que el mecanismo cerebral que se activa al ingerir comida chatarra es el mismo que el que producen drogas como la heroína y la cocaína, y que el desarrollo de la obesidad coincide con el deterioro de las vías neurales de recompensa, o sea de la dopamina.

Ciertamente el caso de Melodi apunta el dedo a la posibilidad del envenamiento y estupefacción vía la comida que consumimos (como se expone en el documental Food Inc.).

Los McNuggets contienen los químicos butylhydroquinone (en dosis grandes en animales ha producido tumores y dañado el ADN), un producto basado en el petróleo que es usado en la industria del perfume y añadido en el barniz comercial; dimethylpolysiloxane, un organosilicón usado en los implantes de senos y en la industra cosmética. Con razón saben tan ricos los McNuggets.

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