La pasión enajenada por los automóviles es un síntoma de nuestra cultura, muchas veces como una extensión sexual. Según el teórico de la comunicación Marshal Mcluhan, la ropa es una extensión de nuestra piel; los autos son una extensión de nuestros pies, pero en algunos casos son extensiones de nuestros penes, y en el caso de Edward Smith son una extensión de la gran vagina divina.
Edward Smith admite haber tenido sexo con más de mil coches, y es sin duda el mecanófilo –la parafilia de amar irracionalmente a las máquinas- más prominente del mundo (tiene hasta un documental de la BBC). Smith vive actualmente con su “novia”, una curvilínea Volkswagen Beetle, llamada “Vanilla”, aunque eso no le impide tener sexo con otros autos, es más si le gusta tu auto y lo estacionas cerca no le pierdas la vista a Edward o podría estar haciéndole el amor a tu auto furtivamente como se puede apreciar en este video (offbeat spinoff de Twin Peaks):
Smith dice que no está loco, que simplemente aprecia la belleza de los automóviles hasta el punto de que esto le genera la necesidad de expresar amor. Y explica que no es del todo contranatural cuando en las películas vemos vehículos tan sexys como "El Auto Increíble". Edward les escribe poemas a los autos y les canta como si fueran chicas: “Soy un romántico,” dice Smith.
De 57 años, Smith cuenta que su primera vez fue a los 15 años, y aunque ha tenido sexo con mujeres humanas, dice que éstas ya no le atraen; su última vez, hace 12 años, fue fatídica y no pudo consumar el acto. Sin embargo, eso no le sucede con las máquinas, su más intensa experiencia haciendo el amor fue con un helicóptero de la serie de TV Airwolf, con el cual al parecer practicó un poderos intercambio carnal (¿tantra blanco o S&M con el colibrí de metal?)
Actualmente tiene relaciones estables con otros dos vehículos, Opal y Ginger. Antes de su novia Vanilla, tuvo una relación de 5 años con Victoria, otro Beetle que compró a una familia de testigos de Jehova.
Smith es parte de una comunidad de 500 amantes de los autos que se reúnen en foros de internet para expresar su mecanofilia y contar sus lúbricas historias de comercio carnal con los autos.
“Hay veces que vas pasando por la calle y vez un pequeño auto y solo sabes que necesita un poco de amor”, señala Smith, que suele esperarse a la noche para poder entregar su amor a los vehículos. Así que si tu eres una de esas personas que amas tu auto, tal vez nunca puedas estar tranquilo, porque en cualquier momento puede llegar alguien com Edward y darle un poco de "sexy time", y ¿ acaso tu auto te lo contará?
Aunque tenemos una mente generalmente bastante abierta, consideramos que tal vez nuestros lectores no quieren oír los detalles de la técnicas amatorias que Smith aplica a los autos y su anatomía analógica (donde aplica cunnilungis, donde el coqueteo previo, etc.). Así que para los que quieran este bizarro lujo de detalle pueden sufrear los foros de mecanofilia.