Una práctica que muchos de nosotros suponíamos monopolizada por algunos gobiernos y sus amigos (Big Pharma, Big Media…) resulta que también la comparten algunos otros seres, y no sólo eso, sino que la inauguraron hace millones de años: los parásitos. Anteriormente esta teoría ya se había manejado por diversos científicos, pero ahora ya han confirmado la existencia de estas dinámicas a través de fósiles.
Los parásitos son una variable obligada en todas las formas de vida que conocemos ya que aparentemente cualquier organismo vivo, con excepción de los propios parásitos, esta sometido a uno. Además, si bien el antropocentrismo científico nos condujo a pensar durante décadas que el ser humano era el último eslabón de la cadena de depredación, lo cierto es que ese codiciado lugar más bien esta controlado por estos seres microscópicos. “Ahora nos damos cuenta que la vida en la Tierra gira en torno de los parásitos, cada organismo vivo independiente es victimado por al menos un parásito” afirma David Hughes, ecologista conductual de la Universidad de Harvard.
Una gran variedad de parásitos ha evolucionado una notable capacidad para ejercer un avanzado neurocontrol en el cerebro de sus anfitriones, propiciando en el organismo que los alberga conductas que favorecen su supervivencia y propagación. Un ejemplo de este obscuro bio talento es el protozoario conocido como Toxoplasma gondii, que después de instalarse en el organismo de las ratas manipula su mente para que desarrollen una atracción casi fetichista por la orina de los gatos, materia ideal para que se propaguen rápidamente. Tras este encubador original estos parásitos pueden desdoblarse a otros felinos e incluso humanos, en este último caso provocando extraños episodios de neurosis en las personas contagiadas.
Otro caso de control mental generado por parásitos es el del hongo Ophiocordyceps unilateralis que, básicamente, transforma a las hormigas en zombies. Este microscópico manipulador orilla a las hormigas a devorar las venas de las hojas, propiciando una conducta que va en contra del sentido más elemental de supervivencia de estos animales ya que al ingerir este alimento sufren de una muerte casi instantánea. Una vez muerta la hormiga, el hongo se toma por asalto la cabeza del cadáver y a partir de ahí emite esporas que permiten infectar rápidamente a otras hormigas.
Recientemente de descubrió el fósil de una hoja en lo que alguna vez fueron bosques sub tropicales alrededor de un lago en Alemania. Un grupo de palenteobotánicos se cuestionó sobre las marcas que parecían en las venas de la hoja que parecían mordidas de hormigas carpintero (Camponotus leonardi) lo cual indicaba una conducta en contra de la naturaleza de este insecto. Y fue así como finalmente llegaron a la conclusión que se trataba de un típico ataque del hongo Ophiocordyceps unilateralis que había manipulado a las hormigas para suicidarse con ese alimento y así propagarse.
Con este suceso se confirma la naturaleza parasitaria de las agendas ocultas que históricamente han perseguido el control mental de la sociedad civil, en lo que representa uno de los casos más nocivos de mimetismo del ser humano frente a la naturaleza. ¿pero que podríamos esperar de las élites gubernamentales y financieras que utilizan las prácticas más sombrías de los parásitos como manual didáctico en la persecución de sus intereses?
via Live Science