Entre el gigantesco archivo de 92 mil documentos del diario de guerra en Afganistán, WikiLeaks ha publicado interesante evidencia de que el Ejército de Estados Unidos ha adoptado una estrategia de relaciones públicas: pagar a los medios locales para que transmitan noticas afines a sus intereses.
Varios reportes de las operaciones psicológicas del Ejército muestran que estaciones de radio afganas tenían contrato para transmitir contenido producido por los estadounidenses. Otros reportes muestran referencias del personal militar hablando de los reporteros afganos como "nuestros periodistas" y dirigiéndolos en su trabajo. Este tipo de relaciones entre la prensa local y las fuerza estadounidenses ha sido una pesadilla para el Pentágono, luego de que en el 2005 se sorprendiera al Lincoln Group, contratista del Ejército, pagando a diarios iraquíes para que publicaran reportes escritos por soldados estadounidenses.
En uno de los documentos filtrados por WikiLeaks, un miembro de estas psy-ops (el film The Men Who Stare at Goats es un ejemplo de una psy-op) reporta haber entregado "12 horas de contenido de radio PSYOP" a dos estaciones de la provincia de Ghazani en el 2008 y pagarle "3900 dólares por tiempo aire en el mes de octubre". No nos gustaría ser el pueblo afganos que escucha esas ondas de radio destinadas a lavarles el cerebro y producidas por el equipo de medios de las operaciones psicológicas de la armada estadounidense.
Algunos de los temas que tocaban los programas estadounidenses eran: Historia de Afganistán, Derechos Humanos, y Leyes. Seguramente los militares estadounidenses son buenos maestros para enseñarle a un país su propia historia. Nada de agenda ahí.
Los memos también mencionan reuniones con Rahimullah Samander, el director de la agencia de noticias Wakht y presidente de la asociación de periodistas independientes. En el memo se dice que se ofreció a incluir noticias de las psyops en sus servicios de noticias. Eso es lo que se llama independiente.
Otro memo menciona reuniones con representativos de la cadena Shaiq y de la Radio y Televisión Afgana. Evidentemente Estados Unidos estaba realizando una operación de propaganda al interior de Afganistán, la cual corrompe fácilmente a los periodistas y además probablemente perturba el juicio de los ciudadanos con información diseñada para influir estratégicamente.
Una pregunta interesantes es, si Estados Unidos a todos los sitios que va emplea una estrategia secreta de inteligencia que busca dirigir los medios según su agenda, ¿acaso no lo hace en casa? y entonces, muchas de las cosas que vemos en su poderosa industria del entretenimiento podrían ser parte de esta operación psicológica.