Un esfuerzo conjunto entre científicos y compositores ha producido un trabajo coral en el que los miembros del New London Chamber Choir cantan su propio código genético. En lo que nos parece una interesante metáfora de la posibilidad de dar vida con la voz -cantarse a sí mismo- en un espejo analógico entre las notas musicales y el código biológico.
El ADN humano está hecho de solo 4 compuestos químicos, lo que le dio la idea al Dr. Andrew Morley de asignar una nota a cada uno. De esto y su colaboración con el músico Michael Zev Gordon surgió Allele, el cual hizo su début en el Diamond Light Synchroton del Royal Society of Medicine, el pasado 13 de julio. Cada uno de los 4o miembros del New London Chamber Choir tuvo que mandar a decodificar su propio ADN. Además de traducir su ADN a notas, la información será analizada para estudiar qué es lo que hay en común genéticamente entre cantantes.
"Desde el principio he visto el código genético en dos formas: como material en bruto que podía ser traducido a notas musicales, y también como una cosa de asmobro y extraordinaria belleza; y fue desde ambas perspectivas que se gestó la obra", dice Morley.
La composición a cargo de Zev Gordon empieza con una sola voz cantando una fase rítmica simple, pero al desarrollarse la pieza más voces se unen -proyectando la idea biológica de reproducción e iteración. En su climax, cada miembro del coro está cantando su propio código genético -lo que resulta en cada quien cantando una canción sutilmente diferente. Para el conductor de la pieza James Week es "una evocación de la maravilla que es el genoma".
Algunas preguntas explorativas ¿que sucedería si todo el planeta entonara su propio código al mismo tiempo? ¿o si los ángeles o algun tipo de entidad multidimensional cantara su propio código, tal vez se podría crear materia?