En 1913, cuando se encontraba desilusionado por "el espíritu de su época", el racionalismo científico, Carl Gustav Jung decidió adentrarse en un viaje por el inframundo de su inconciente y encarar sus demonios (como quien se alista a enfrentarse con un dragón para obtener el tesoro oculto que puede o no tener al fondo de su cueva: un dragón que es él mismo, un tesoro que es él mismo y que también es, en la colectividad de la psique humana, la información arquetípica que nos atraviesa, el código mundi que define y nos conecta como seres humanos).
Este viaje tomó la forma de un mítico libro rojo de cuero en el que Jung escribía todas las tardes e ilustraba sus sueños y las imágenes de su subconsciente. Una obra salvaje de autoalquimia, que Jung comparara con un exprimento de mescalina. Pero como díra el poeta brasileño Haroldo de Campos: Jung tomaba la mescalina de sí mismo.
Este libro escrito hace casi cien años y que lleva un cuarto de siglo en una bóveda en un banco en Suiza, ya ha sido editado y podrá ser adquirido por el público en los siguientes meses. Al morir en 1961, Jung no le dejó instrucciones a su familia sobre cómo proceder con el libro, pero al fin su familia se ha decidido en publicarlo. La comunidad psicoanalítica celebra con anticipación la obra como un clásico, "el santo grial del inconciente". El libro sólo ha sido leído por un par de docenas de personas en el mundo, pero su mito se ha construido a lo largo de los años como la obra maestra de Jung , la ventana energética a la mente del padre de la exploración creativa del inconciente como déposito de la mente universal.
Jung compusó el libro a través de una técnica psiconáutica que describió como "imaginaciones activas", una especie de meditación en la que dejaba fluir las imágenes de su psique como quien observa una película y se adentra en ella, excavando las minas del inconsciente y escribiendo y dibujando lo que veía.
En el libro Jung viaja al inframundo, se enamora de una mujer que luego se da cuenta es su hermana, es hecho prisionero de una serpiente gigante y en un momento hasta engulle el riñon de un niño.
Jung describió las visiones del libro como llegando "en un flujo incesante", como "rocas cayendo en su cabeza, como relámpagos, como lava", "a veces me tenía que sostener de la mesa".
En algún momento, su alma, una figura femenina que surge periódicamente a través del libro, le dice que no tema la locura, que la acepte, incluso que se adentre en ella como fuente de creatividad. "Si quieres encontrar senderos, no debes de rechazar la locura, ya que es gran parte de tu naturaleza".
Más tarde Jung diría "Todo mi trabajo, toda mi creatividad proviene de estas fantasías, de estos sueños iniciales".
Cómo se puede ver en las fotos el libro rojo de Carl Jung es una obra artesanal donde están los fudamentos de su obra a modo de hechizo: los arquetipos, el inconsciente colectivo, la sincronía, la alquimia y la profundidad de la mente como fuente creativa: el lugar donde se oculta y desde el que se lleva a materializar la serpiente sexual del kundalini, la serpiente del árbol de la sabiduría, la serpiente del ADN, el cerebro reptiliano y los símbolos mágicos que acompañan al hombre en su historia planetaria. El lenguaje de la creación.
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New York Times: The Holy Grail of Unconscious