En un cuento de hiper bizarría futurista, que aparentemente es real, se han lanzado escalofriantes acusaciones en contra de uno de los laboratorios criogénicos más populares de Estados Unidos. El Alcor Life Extension Foundation, con sede en Arizona, ha sido acusado por su ex director, Larry Johnson, de tratar en forma insólitamente denigrante los cuerpos que guardan congelados en nitrógeno líquido.
En su libro Frozen, Johnson publica dichas acusaciones y asegura que son completamente verídicas. Algunas de estas revelaciones fueron retomadas por la cadena ABC y otros medios mainstream, lo que ha dado vida a un escándalo mediático.
El ruido creado alrededor de este caso es fácil de entender si se toma en cuenta que algunas de las revelaciones se refieren a tecnotétricos pasatiempos de los empleados de Alcor, como el utilizar la cabeza congelada de uno de sus “clientes”, el legendario ex beisbolista Ted Williams, como si fuera una pelota de béisbol. Williams murió en 2002 y sus restos fueron enviados a este laboratorio poco después de su muerte.
Por si esto no fuera suficiente, el surrealismo gore continúa con otras prácticas aberrantes como el diseccionar perros y otros animales vivos, y desechar residuos altamente tóxicos en el sistema común de desagüe de la ciudad de Arizona. Además se rumora que continuamente desaparecen algunos cuerpos (quizá también estén ligados al tráfico de órganos), e incluso en 2003 se iniciaron investigaciones contra Alcor por el supuesto asesinato de un empleado para utilizar su cadáver en la experimentación de ciertas fórmulas de criogenización.
Larry Johnson, quien fuera uno de los directores del laboratorio durante algunos de estos escándalos, aprovechó su acceso a información confidencial para obtener lúgubres documentos y grabar conversaciones sostenidas en juntas con otros directivos.