Nuevas imágenes del Observatorio Chandra (la diosa de los rayos X) revelan una visión detallada del centro de la Vía Láctea, el templo luminoso de nuestra conciencia o la fábrica de jóvenes estrellas, caleidoscópicos niños cristal que albergarán las nuevas bibliotecas evolutivas del universo.
En la imagen en rayos X se puede observar el centro de la Vía Láctea (el aethereal core: la luz es la leche de los cuerpos celestes) bajo el imperio de un masivo hoyo negro, Sagittarius A. Una especie de brisa cósmica (como de joyas subliminadas) es producida por las explosiones de estrellas mortecinas y radiaciones del hoyo negro (la boca del cocodrilo). Unos ignotos filamentos que mistifican a los científicos podrían ser análogos a llamaradas solares o a una desconocida estructura magnética.
Esta nueva imagen de la galaxia fue tomada en el desierto (casi marciano) de Atacame, en Chile, con un telescopio de apenas 10 centímetros. El paisaje astral recorre las constelaciones de Sagitario y Escorpión. En ella se pueden ver la generación y la emisión espectral de una figura opalescente humanoide (con los velos de la seducción de Isis), aún conectada con la matriz galáctica de Sagitario (el guardián del código del tiempo), imaginamos un ser de la séptima dimensión cuya conciencia se podría integrar a todo un sistema de estrellas.
Para los mayas el centro de la galaxia es Hunab-Ku, el dios de la unidad (especie de Ometéotl o Tao), también lo representaban, por su forma (y sólo tenían el telescopio de la mente) como la mariposa galáctica (en la imagen superior también tomada por Chandra, se pueden ver las alas de niebla de estrellas sobre el capullo galáctico de Sagittarius A).
El Observatorio Auger de Rayos Cósmicos ha detectado una emanación de rayos cósmicos de alta energía que llegan a las playas planetarias de Gaia. Estos rayos cósmicos son generados por masivos agujeros negros como el que está en el centro de nuestra galaxia. Los rayos generan poderosos campos magnéticos que actúan como aceleradores de partículas naturales elevando el nivel de energía de los protones a niveles que superan nuestra capacidad tecnológica.
¿Podrían ser las emanaciones de rayos cósmicos del centro de la Vía Láctea el mítico Rayo de Hunab-Ku, patrones temporales codificados en luz? ¿Sería esto un disparo desde el atanor alquímico de nuestra matriz galáctica destinado a energetizar la doble serpiente de nuestros genes y activar un proceso evolutivo, la eclosión de la mariposa de fotones, el alma? Es esto lo que sostienen los partidarios del mítico meme del 21 de diciembre de 2012. Algo que ahora sólo parece ser un sueño.
Algunos místicos especulan que los agujeros negros son portales a otros universos ("como arriba, es abajo": "mama matrix most mysterious" (James Joyce)) y tal vez también puedan ser un conducto uterino que genera el código luminoso de la vida espiritual, posiblemente nosotros hayamos atravesado el túnel cósmico del centro de la galaxia para nacer a esta configuración bioenergética. De esta mariposa de estrellas, como el doble onírico de Chuang-Tse, se desdobla nuestro ser astral, el ser holográfico multidimensional en cuya conciencia se ordenan todas las experiencias de nuestras existencias simultáneas: su crisálida es la eternidad.
Si esto es verdad, cuando vemos estas imágenes sentimos una corriente de energía holográfica, tal vez como la que puede sentir un niño al ver el útero de su madre, y desde fuera sabemos que seguimos adentro.
¿Qué dicen los mayas de Guatemala del 2012?