Una de las magníficas virtudes atribuidas a la piedra filosofal, manejada por los maestros alquimistas a lo largo de siglos, está relacionado con la inmortalidad, o al menos con una longevidad inalcanzable para "los no adeptos". A lo largo de la historia distintas vertientes de la ciencia han coqueteado con la idea de alcanzar este arquetípico hito para ofrecer sus mieles a la humanidad. La idea de vivir para siempre debe ser uno de los alimentos más repetitivos para el imaginario colectivo, ya que prácticamente toda mente humana ha jugado con esta idea al menos una vez en su vida.
La tecnoinmortalidad, o el vivir eternamente ayudado por la tecnología médica, se volvió muy popular a finales de la década de los setentas. Grandes científicos aseguraban a mediados de los 80´s que para el año 2010 sería inevitable que la ciencia no hubiera domado a la bestia de la mortandad. Y a pesar de que esta posibilidad sigue considerandose parte de la mística, por primera vez en la historia millones de nosotros, de los que leemos esta nota o veremos el próximo mundial de futbol en Sudáfrica, seguramente rebasaremos los cien años de vida.
Actualmente existen registradas alrededor de 340,000 personas que rebasan el centenario vital. A mediados del siglo pasado aquel que rebasaba esta frontera pertenecía a un exclusivo grupo formado por unos mil colegas planetarios que habían presenciado más de cien otoños. Para el año 2050 se calcula que esta cifra rebasará los 6 millones de personas.
Los investigadores atribuyen este fenómenos a los avances tecnomédicos y a un replanteamiento de la dieta alimenticia (algo un poco paradójico en la era del glutamato monosódicos y las hormonas en el alimento). Sin embargo tampoco pueden dejar de considerarse otros factores importantes como la evolución genética, el clima, y en algunos casos el lifestyle. Los países con "mayor desarrollo" tendrán mayor acceso a este nuevo nicho de edad que tiende a masificarse, pero también los países con tradiciones alimenticias más sanas. Tomando en cuenta esto, obviamente Japón encabeza los pronósticos pues para mediados de este siglo captará a más del 10% de la población que rebasa los 100 años de vida.
Además de la alimentación y el acceso a avanzados servicios médicos, un clima amigable también influirá en la vida del XXI, y en este sentido países mediterráneos de "primer mundo" también gozarán entre su población a muchos ciudadanos de esta edad, naciones como Italia o Singapur tendrían que ir tomando en cuenta esto. La clave de este fenómeno tecnosociogenético está en las adaptaciones necesarias, tanto funcional como culturalmente, que las nuevas sociedades tendrán que implementar para ofrecer una cierta calidad de vida a estas personas. Celebremos pues un nuevo nicho demográfico que además de portar y compartir experimentados conocimientos, seguramente utilizará habitualmente la más grande de las prendas: la pijama.
Entrevista con Ray Kurzweil: Chasing Immortality, The Technology of Eternal Life
Huffington Post: Starting to get crowded in 100-year-olds' club
Science Magazine: Intimations of Immortality