Harrison Ford ya no es tan popular, depués de ser Han Solo y Rick Deckard en Blade Runner, ha hecho películas aburridas y se ha vuelto viejo. La comunidad retro-gamer lo castiga.
Brandon Bird, californiano de 28 años, imagina escenas absurdas con las estrellas de culto de Hollywood, sus favoritos Chuck Norris y Christopher Walken (una mención especial para el creador del Scientología, Ron L. Hubbard, el cual a veces come pizza en medio de una lectura metafísica).
La obra de Bird es un mix entre el metapop, la ciencia ficción y una especie de mística delirante donde los
skittles o las
pringles son como plantas psicódelicas que producen visiones, e íconos como Mr.T se embarcan en un viaje iniciático por el panteón griego en medio de cielos incandescentes y se enfrentan con los monstruos hasta llegar al Elíseo para invitar a tomar el té a Atenea.
Otro proyecto de Bird es uno donde le escribe cartas desde la metapersona de una serie de niños a Christopher Walken, diciendo en garabatos y crayolas cosas como "Chris queiro que ya no seas viejo, baila para siempre!".
Finalmente se borran las fronteras entre los personajes que encarnan las celebridades y su participación en nuestra vidas, como viejos amigos interdimensionales que pasan a tomar una cervez a nuestro patio trasero (donde tenemos una alberca inflable) y el cielo por alguna razón se llena de un líquido de colores parecido al kool-aid.
http://brandonbird.com