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La memoria del cardenche se escribe por primera vez: mujeres del norte salvan su canto ancestral

Sociedad

Por: Yael Zárate Quezada - 06/24/2025

El canto cardenche, una de las expresiones más antiguas del norte de México, comienza a escribirse gracias al trabajo de las Mujeres Cardencheras y el proyecto "Antología del tasajo cardenche serrano".

En las montañas de Tepehuanes, Durango, un grupo de mujeres utiliza la voz como herencia y la memoria como única partitura. Alma Leticia Montenegro García y el ensamble Mujeres Cardencheras llevan a cabo un proyecto que busca poner en papel un canto que nació libre, sin métrica, sin reglas, sin escuela. Así nace la Antología del tasajo cardenche serrano, una iniciativa que por primera vez busca transcribir 40 piezas del canto cardenche, un patrimonio musical que ha sobrevivido más de tres siglos en el norte de México gracias a la transmisión oral.

Seleccionado por la convocatoria Músicos Tradicionales Mexicanos 2024, del Sistema Creación de la Secretaría de Cultura, el proyecto durará dos años y se desarrollará en cuatro etapas. A lo largo de este tiempo, Montenegro, junto con María Guadalupe Ríos Herrera y Catalina Bañuelos Chávez, transformará el canto cardenche en una herramienta pedagógica, una partitura que honre su pasado y que lo proyecte hacia el futuro.

Pero convertir en papel lo que siempre fue oído es una labor compleja, pues el cardenche no tiene compases regulares ni estructuras fijas. “El canto cardenche no tiene registros formales porque es espontáneo, no improvisado en el sentido convencional”, explica Montenegro. 

Aun así, la necesidad de este trabajo es urgente. El canto cardenche ha perdido a muchas de sus voces, como Evangelina Núñez Soto, cuya memoria forma parte esencial del proyecto. Solo quedan tres intérpretes originales y la única manera de asegurar que el canto sobreviva es formalizar lo que siempre estuvo flotando en la tradición.

Las guardianas invisibles de un canto colectivo

Una de las revelaciones más poderosas de este proyecto es la visibilidad de las mujeres como portadoras históricas del cardenche, contrario a la creencia de que era exclusivo de los hombres. Muchas de estas mujeres aprendieron a escribir solo para registrar sus canciones, usando cajas de medicina, trozos de cartón o papeles reciclados, porque sabían que su canto no debía morir con ellas.

Entre los tesoros que saldrán a la luz está una alabanza religiosa de 1776, escrita por mujeres mayores como acto de resistencia y legado. Es una prueba más de que el cardenche, también se vive, se hereda y se transforma.

Hoy, el proyecto también involucra a músicos jóvenes, en un puente intergeneracional que busca reconciliar tradición y técnica. Para ellos, esta experiencia significa una forma de acercarse a sus raíces; para las Cardencheras, una forma de trascender el silencio al que durante años fueron relegadas.

“Esto es para todos”, concluye Montenegro. “Ponemos sobre la mesa nuestro corazón serrano, nuestras canciones, nuestra memoria”. 


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Imagen de portada: Secretaría de Cultura