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Coconote se promueve como un app que deja que los estudiantes hagan otras cosas mientras la clase ocurre

La aplicación Cocoonote representa una nueva dirección en la tecnología educativa, permitiendo a los estudiantes grabar clases, crear notas organizadas automáticamente y generar cuestionarios a partir del material de las lecciones. A primera vista, ofrece herramientas que pueden mejorar la eficiencia del aprendizaje y ayudar a los estudiantes a organizar mejor la información, especialmente a aquellos que tienen dificultades para tomar notas o sintetizar el contenido de las clases. Su compatibilidad con videos de YouTube y otros audios grabados también amplía el potencial para el aprendizaje remoto y autodirigido, otorgando a los estudiantes más flexibilidad en la gestión de sus recursos educativos.

Sin embargo, esta tecnología plantea preocupaciones sobre el compromiso académico y la integridad del aprendizaje. En un breve anuncio que ha circulado en las redes sociales, aparentemente obra de los mismos desarrolladores, se puede ver a un estudiante jugando un videojuego mientras el app graba y soluciona la todo sus asuntos académicos.

La capacidad de la app para tomar notas y organizar información sin la intervención activa del estudiante, en la manos de jóvenes –¿muchos, la mayoría?– que conciben la educación como algo que solo tiene que sacarse de encima, obviamente promueve un enfoque pasivo hacia la educación. Los estudiantes pueden ver esto como una oportunidad para desconectarse durante la clase, jugar videojuegos o simplemente no prestar atención, sabiendo que la app capturará y sintetizará la lección por ellos. Con herramientas de IA capaces de generar respuestas y hasta redactar ensayos, existe la posibilidad de que los estudiantes atraviesen cursos o incluso programas enteros con un esfuerzo mínimo. Esto no solo disminuye el crecimiento personal y el desarrollo intelectual que se espera en la educación superior, sino que también deja a los estudiantes con una comprensión superficial de los temas, lo cual podría afectar su desempeño en entornos laborales reales.

Además, las implicaciones éticas son motivo de preocupación. Muchos padres y estudiantes invierten grandes sumas de dinero en una educación universitaria, con la expectativa de que esta inversión fomente la disciplina, el pensamiento crítico y un conocimiento profundo en el área de estudio. Sin embargo, si los estudiantes usan la IA para realizar gran parte del trabajo, esa inversión puede parecer desperdiciada, especialmente si se gradúan sin un conocimiento práctico suficiente. Con los crecientes niveles de deuda estudiantil, también surge la duda de si esta dependencia de la IA realmente justifica los altos costos de la educación superior o si simplemente representa un atajo.

Esta tendencia, junto a los modelos de lenguaje, planeta seriamente reconsiderar el papel de la tecnología en la educación y cuestionar si realmente apoya el aprendizaje o simplemente facilita un camino más corto. Para que la educación sea significativa, los estudiantes deben comprometerse activamente con el material, pensar críticamente y construir una base sólida de conocimientos, lo cual podría verse comprometido si dependen demasiado de la IA para hacer el trabajo intelectual por ellos.