Semanas laborales de 4 días: el experimento que podría revolucionar el trabajo (y la vida)
Sociedad
Por: Patricia Ruiz - 06/13/2022
Por: Patricia Ruiz - 06/13/2022
Hace una semana comenzó uno de los “experimentos” más relevantes en Inglaterra. Se trata de una prueba de semanas laborales de cuatro días. Inglaterra no es el primer país que implementa esta nueva modalidad. El caso más conocido es Bélgica y, durante lo que resta del año, pruebas similares se implementarán en Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda, Australia, Escocia y España.
Más de tres mil trescientos trabajadores de diferentes empresas (desde pequeños comercios hasta grandes corporaciones) trabajarán 20% menos de sus horas normales, pero recibirán el 100% de su sueldo. En este contexto, los trabajadores se comprometieron a mantener el 100% de su productividad sin importar la reducción de su semana laboral.
Este pequeño experimento durará seis meses y será coordinado por las ONGs 4 Day Week Global y 4 Day Week U. K. Campaign. Junto con ellas trabajan investigadores de las universidades de Oxford y Cambridge y el Boston College, además de Autonomy, un think tank dedicado a temas laborales. El equipo multidisciplinario se formó en mayor medida como respuesta ante un fenómeno denominado "The Great Resignation" ("La gran renuncia"). Este fenómeno se profundizó con la pandemia y el famoso burnout de miles de trabajadores que han preferido renunciar a sus empleos, lo cual ha ocurrido no sólo en Inglaterra. El caso de México llama la atención, pues en una encuesta reciente se reveló que el 55% de los trabajadores que hacen trabajo desde casa o home office preferirían renunciar a regresar a trabajar en oficinas.
Al principio de la pandemia, millones de trabajadores cambiaron la modalidad de trabajo presencial por trabajo a distancia. Se pensaba que sería más cómodo trabajar desde casa, pero a pesar de las ventajas de la comodidad, muchos empleadores asumieron que esta modalidad laboral significaba que sus empleados estarían disponibles 24/7. Hay que hacer énfasis en este punto, ya que no presentarse a una oficina y trabajar desde el hogar no implica que los trabajadores no tengan derecho al descanso o que se pueda hacer caso omiso de la jornada laboral de ocho horas.
No hace falta profundizar sobre los múltiples ejemplos de perjuicios a la salud y al bienestar físico y emocional que conllevó el estar encerrados e interactuando mayormente a través de una pantalla. Sin embargo, el trabajo a distancia también implicó muchos beneficios, tanto para las empresas como para los trabajadores.
Entre las ventajas, está la movilidad. Muchas personas pasan mucho tiempo transportándose de sus hogares a sus lugares de trabajo. Cumplir con semanas laborales de cinco o seis días, además de ser agotador físicamente, también se expresa en agotamiento mental, aumento del estrés y disminución del tiempo libre y de ocio.
La propuesta de reducir la semana laboral a cuatro días busca impulsar la flexibilidad en los ambientes laborales sin que la productividad se vea afectada.
Islandia es otro caso que vale la pena analizar. Entre 2015 y 2019 se llevaron a cabo pruebas masivas de reducción de la semana laboral. Trabajar cuatro días por semana resultó en trabajadores más felices, con menos estrés y mayor productividad.
Las ONGs e investigadores que coordinan este experimento medirán el impacto en la productividad y su relación con el bienestar de los trabajadores y analizarán el impacto de este experimento en el medioambiente y en los temas relacionados con la equidad de género.
Actualmente el concepto de productividad se ha modificado, en mayor medida gracias a que ahora se reconoce que el bienestar tiene un lugar fundamental en la vida de cualquier persona. Es obvio que experimentos como este son sólo un inicio y aún no sabemos qué consecuencias no previstas puedan tener, además de que las condiciones sociales de los países europeos son muy diferentes a las de los países latinoamericanos.
Sin embargo, hay que reconocer estos esfuerzos y comenzar a implementarlos en otras latitudes, pues además de trabajar, la vida también debe tener espacios para el descanso y el disfrute.