China edita su propia versión de 'The Fight Club'; ahora las autoridades se imponen
Arte
Por: Luis Alberto Hara - 01/28/2022
Por: Luis Alberto Hara - 01/28/2022
La película The Fight Club se convirtió en un clásico de culto fundamentalmente por su mensaje anticapitalista, con el que se exaltaba el pensamiento libre del adoctrinamiento de masas a través de una sociedad secreta de "peleadores". La película, dirigida por David Fincher y que cuenta con las actuaciones de Brad Pitt y Edward Norton, incluso desarrolló una especie de pequeño movimiento contracultural.
Aunque la cinta fue estrenada en 1999, hace unos días regresó a los encabezados. Aparentemente se está transmitiendo en China, pero con un importante detalle que transforma el resultado de la iniciativa del "club de la pelea" y quizá busca quitarle el glamur a su propuesta antisistema.
Los chinos que ven la película se encuentran con que el final ha sido eliminado y en sustitución se ha colocado una leyenda que dice que la policía interrumpió los planes, arrestó a los criminales y puso al famoso Tyler Durden en un manicomio.
En la cinta original el final ocurre después de un momento climático de violencia e inspiración radical, cuando el protagonista mata a su alter ego y una serie de bombas destruyen unos edificios (mientras suena un himno de los Pixies), sellando el éxito del proyecto Mayhem, cuyo objetivo era subvertir el orden establecido o, según el autor: "Destruir la civilización para que podamos hacer algo mejor".
Según la versión china, Durden estuvo recluido recibiendo tratamiento y logró salir del hospital en 2012. El autor de la novela en la cual está basado el filme, el escritor estadounidense Chuck Palahniuk, comentó en Twitter: "Esto es maravilloso. Todos obtienen un final feliz en China".
Sobra decir que la forma y el contenido de esta película están en completa oposición a las ideas que tiene el Partido Comunista sobre cómo deben comportarse los individuos en la sociedad.
Las autoridades chinas suelen cortar escenas de películas occidentales, pero no es tan común que las reemplacen y escriban sus versiones alternativas. Por supuesto, esto ha desatado no sólo una ola de indignación en redes sociales sino una ola memética de finales alternativos más divertidos que el que propone Pekín.