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200 años de Flaubert, el escritor que llevó la novela a una nueva dimensión de realismo y musicalidad

Arte

Por: Luis Alberto Hara - 12/13/2021

Se cumplen 200 años del nacimiento de Gustave Flaubert, uno de los más importantes novelistas de la historia

Este 12 de diciembre se cumplen 200 años desde el nacimiento de Gustave Flaubert, una de las figuras mayores de la literatura mundial. Flaubert elevó la novela a una nueva forma de arte, a la vez empleando descripciones "realistas" y perfeccionando el aspecto formal de la escritura.

En la vida de Flaubert hubo pocos acontecimientos mundanos y todo lo que le sucedió estuvo supeditado a su destino literario. Flaubert nació en 1821 en Rouen, en el norte de Francia. Inició estudios de Derecho, pero no los culminó. No se casó, no tuvo muchas relaciones románticas ni hijos. Hizo algunos viajes, generalmente consagrados a su investigación literaria.

Flaubert anunció su cepa de escritor desde los 9 años de edad. En una carta, le decía a su amigo Ernest Chevalier: "Si quieres que nos asociemos para escribir, yo escribiré comedias y tú escribirás tus sueños y, dado que hay una señora que viene a casa de papá y nos cuenta siempre tonterías yo las escribiré".

Flaubert alcanzó el éxito y la condena literaria al mismo tiempo con Madame Bovary en 1857, el mismo año en el que Las flores del mal también era condenada por inmoralidad. En el caso de Flaubert se debió a las descripciones explicitas de las relaciones sexuales de la famosamente infiel Emma Bovary, que fueron consideradas obscenas pero pertenecen al "realismo" por el que Flaubert fue inmortalizado.

Después de Madame Bovary, Flaubert probó ser un escritor impar dedicándose a escribir Salambó, novela para la cual viajó a Cártago. Podía haber seguido la misma línea pero hizo algo totalmente diferente en tema y tono, hasta tal punto que el mismo Borges señala que "si no supiéramos previamente que una misma pluma escribió Salambó y Madame Bovary no lo adivinaríamos". Incluso el más grande crítico de su época, Sainte-Beuve, se preguntaba por qué Flaubert no continuaba por el mismo sendero después del éxito de Madame Bovary y abandonaba "las historias modernas cotidianas". Además de Salambó, en 1874 escribió La tentación de San Antonio. Habiendo ganado fama por su descripción de la vida burguesa, Flaubert se aventuró en la historia, la guerra, la religión, el misticismo y en su última gran obra, Bouvard y Pécuchet, en una casi innumerable gama de temas, desde la agricultura y la arqueología hasta la química, la geología, la ingeniería, la historiografía, la política, etcétera.

Aunque Madame Bovary es su novela más conocida, algunos consideran que sus cartas, publicadas en cuatro volúmenes, son su obra maestra. Otros piensan que su obra más original es Bouvard y Pécuchet. En esta, dos amigos copistas se retiran al campo a examinar el conocimiento humano en todos sus aspectos más novedosos, particularmente las ciencias. Sus lecturas son las más amplias posibles a la vez que superficiales y con ello forman algo así como un compendio del conocimiento humano o "una enciclopedia de la estupidez humana". Roberto Calasso ve en Bouvard y Pécuchet un antecedente del Internet: 

Fueron los primeros experimentadores integrales. No hay zona de la actividad humana de la que se hayan privado. En todas las direcciones su investigación dejó huellas indelebles, ya se tratase de la jardinería o de la astrofísica. Su esfuerzo consistió en preparar el campo para todo experimento futuro, que debía, sin embargo, fundarse en una suerte de enciclopedia omnicomnprensiva. A ellos se pude remontar, en su germen, lo que un día iba a llamarse internet.

(La actualidad innombrable)

La novela quedó inconclusa y hasta hoy genera debate sobre si se trata de una crítica a la ciencia o solamente al cientificismo. Lo indudable es que sigue siendo altamente relevante.

A Flaubert hay que incluirlo entre aquellos "ardorosos" que se cuentan entre los miembros de la "literatura absoluta" (el término acuñado por Calasso para distinguir a los escritores que hacen de su oficio algo sagrado. Borges menciona algo semejante: 

Flaubert que agonizó para producir una obra avara y preciosa es, exactamente, el de la leyenda y (si los cuatro volúmenes de su correspondencia no nos engañan) también el de la historia. Más importante que la importante literatura premeditada y realizada por él es este Flaubert, que fue el primer Adán de una especie nueva: la del hombre de letras como sacerdote, como asceta y casi como mártir.

(Obras completas, "Flaubert y su destino ejemplar")

Borges sugiere que en Flaubert llega a su cumbre el fenómeno moderno del auteur, el escritor que imbuye su esencia, su personalidad a su creación, como Dios hace el mundo a su imagen y semejanza. En el escritor hay algo de demiurgo gnóstico que usurpa a la divinidad. Esta concepción casi teológica aparece en su propia búsqueda de objetividad, como reza su famosa cita: "El autor, en su obra, debe ser como Dios en el universo, presente en todas partes y visible en ninguna". Flaubert tenía una inclinación al panteísmo, aunque hay que recordar que su verdadera religión era la literatura. 

Los autores sobre los que Flaubert ha influido son innumerables. Cabe mencionar a sus más cercanos: Maupassant, Zola y Goncourt. Posteriormente fue esencial para el que quizá sea el más grande novelista del siglo XX: Kafka. En Latinoamérica, especialmente Vargas Llosa ha reconocido su deuda con Flaubert.

El escritor francés es recordado por su obsesión por la "palabra justa" (mot juste), aquella que tiene a la vez una "relación necesaria" con la cosa y con la narrativa pero no deja de tener un sentido musical, rítmico y estético. En Flaubert se alían la observación científica y la creación poética, unidas por la precisión del sentido y de la música. Con Flaubert el estilo alcanzó un sentido casi religioso en la novela, que no dejaría de repetirse entre los más grandes novelistas.


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Imagen de portada: TZ Quotes