*

Este 22 de septiembre es el equinoccio de otoño en el hemisferio norte, una fecha significativa en términos astronómicos y simbólicos

Este 22 de septiembre de 2020 comienza oficialmente el otoño, la tercera de las cuatro estaciones del año, caracterizada por un cierto ánimo de declive y ocaso pues es la temporada en que, en el hemisferio norte, las temperaturas cálidas del verano dejan su lugar a días y noches fríos, de cielos nublados y, en algunas partes, de mañanas y tardes lluviosas. Las hojas de los árboles comienzan a caer, los días se vuelven más cortos y, al menos en el mundo natural la vida empieza un cierto recogimiento, para guardar así energía y prepararse para la adversidad del invierno.

Sin embargo, antes de que todo esto suceda, ocurre un último momento en que, por decirlo de alguna manera, la vida plena del verano y el crepúsculo del otoño se encuentran en igualdad de condiciones: durante el equinoccio.

La palabra “equinoccio” proviene del latín y etimológicamente significa “noche igual”, esto en referencia a la duración prácticamente idéntica en horas del día y la noche. Además de en el inicio del otoño, el otro único día del año en que esto ocurre es durante el equinoccio de primavera (entre los días 19 y 22 de marzo). 

Esta duración idéntica del día y la noche sucede en toda la Tierra, aunque tiene algunas variaciones mínimas en función de las latitudes de nuestro planeta. El fenómeno se debe a que, en este día, el sol se encuentra exactamente sobre el ecuador de la Tierra, de manera tal que el terminador, la línea divisoria entre la parte diurna y nocturna de un planeta, pase por los polos norte y sur de este. Por esta razón, en el día del equinoccio, los periodos de luz y oscuridad tienen prácticamente la misma duración (y así se experimentan).

La explicación astronómica del equinoccio

Imagen: Divad, Wikimedia Commons

Simbólicamente, y particularmente en las culturas del hemisferio norte, el equinoccio de otoño marcó durante muchos siglos el momento de la cosecha. Antes hablamos de “recogimiento” en el sentido de retiro, de retraimiento de la vida, sin embargo, dicho término también puede entenderse como sinónimo de cosechar, es decir, de recoger lo sembrado.

En ese sentido, cabría decir que la cosecha no era únicamente el acto de ir a los campos para recuperar los frutos. Usualmente este acto estaba también acompañado de rituales para agradecer y honrar la cosecha misma.

En estilos de vida alejados de la tierra y sus ciclos, el equinoccio puede pasar desapercibido o, si acaso, considerarse una curiosidad astronómica. No obstante, puede ser una buena oportunidad para mirar retrospectivamente el tiempo pasado hasta ahora y, como antaño, prepararse tanto para cosechar lo sembrado como para hacer espacio en nuestra vida para almacenar las provisiones que nos permitirán encarar el invierno.

¿Qué vas a cosechar tú durante este otoño?

También en Pijama Surf: El simbolismo del otoño y los ciclos de la naturaleza en la filosofía china

 

Imagen de portada: Thomas Stephan / Unsplash