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El regreso de la naturaleza en Dubái llega en forma de desierto

La ciudad de Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos, es uno de los proyectos más ambiciosos del ser humano. Una ciudad ultralujosa en medio de un lugar en el que nada crece. El deseo de erigir un paraíso de placer sensorial en el desierto, en su antípoda, en un yermo. 

Dubái es una de especie de oda al dinero y a su poder. Y aunque puede resultar fascinante tiene un lado oscuro; como alguien ha dicho antes, es una especie de Disneylandia para adultos, un mundo irreal, que explota las fantasías de la mente humana alejada de los ritmos y los límites de la naturaleza.

El desierto engulle a Dubái

Una de las cosas que más desconciertan de Dubái es la enorme cantidad de dinero que se tiene que gastar para modificar la naturaleza de tal manera que pueda haber jardines y lagos y edificios con todos los lujos imaginables en medio de la nada. Las grandes maravillas de la tecnología y la arquitectura moderna al mismo tiempo que vemos el contraste del desierto con su vacío uniforme, con sus planos áridos minimalistas.

El desierto engulle a Dubái

El desierto engulle a Dubái

El fotógrafo australiano Irenaeus Herok ha retratado desde el cielo los desiertos transformados de Dubái y documentado el fenómeno de cómo la arena regresa a cubrir las construcciones, las carreteras y las áreas verdes. Las imágenes son extraordinarias, como paisajes desolados que podrían encontrarse en una película tropical de David Lynch o de Matthew Barney. El desierto como la piel que invade y devora a la civilización.

El desierto engulle a Dubái

El desierto engulle a Dubái

El desierto engulle a Dubái

El desierto engulle a Dubái

El desierto engulle a Dubái

Herok merece cierto loor por su trabajo componiendo estos planos.

 

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