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Sorpresivamente, la cultura vikinga pudo ser la única en Europa donde mujeres y hombres vivían en igualdad de condiciones

La cultura vikinga ha sido una de las que más misterio e intriga han generado en la sociedad de la actualidad. Tanto su mitología (ligeramente retomada y popularizada en los cómics de Marvel, por ejemplo) como su sistema sociopolítico y económico tuvieron una cierta influencia en el desarrollo de sociedades venideras. Inesperadamente, uno de los ámbitos donde la cultura vikinga influyó más significativamente en la actualidad es la equidad de género. 

Efectivamente, la sociedad vikinga se posicionó desde hace 1 milenio como una de las primeras civilizaciones en establecer un sistema equitativo de género. Desde el principio, las mujeres vikingas participaron en la exploración del mundo, siendo valoradas de igual manera que sus compañeros masculinos. Por ello no nos ha de sorprender que, con esta base social, los actuales países nórdicos posean legislaciones de equidad de alta funcionalidad, eficacia y admiración.

 

La equidad se reflejaba en la fisionomía de los vikingos

De acuerdo con un estudio publicado en la revista Economics & Human Biology, tanto los hombres como las mujeres que vivieron en las zonas boreales de Europa entre los siglos VIII y XI experimentaron una “equidad notable, especialmente en comparación con otras regiones europeas que tendían a preferir a los niños [hombres]” al momento del nacimiento.

La hipótesis de la investigadora a cargo del estudio, Laura Maravall, es que si las niñas y mujeres hubiesen recibido menos comida o cuidado en comparación con los miembros masculinos de la sociedad, los restos hallados de sus cuerpos tendrían mucho más daños. Para ella, los valores sociales que implicaban una equidad de género entre hombres y mujeres pueden medirse en función de la salud nutricional de la población. 

Maravall y su equipo de investigadores, adscritos a la Universidad de Tubinga (en Alemania), analizaron tanto la dentadura como el esqueleto de cuerpos escandinavos de hace 1 milenio. La información obtenida fue comparada con datos provenientes del Proyecto de Historia Global de la Salud de Europa, el cual, como su nombre indica, ha compilado datos de salud de todo el continente europeo, entre ellos, el análisis de esqueletos con más de 2 mil años de antigüedad localizados en más de 100 puntos de la región. 

Los resultados de la comparación mostraron que el esmalte de la dentadura y el largo del fémur tanto de los hombres como de las mujeres de las sociedades escandinavas eran relativamente equitativos. En caso de haber vivido en condiciones de desigualdad de género (como sucedió en otras zonas de Europa), esto hubiese impactado negativamente en la nutrición y la salud de los niños y de las mujeres. En ese sentido, de acuerdo con lo observado, no hubo ningún daño óseo significativo en mujeres o niños, ya que, al parecer, los hombres y las mujeres tenían un acceso similar a comida y otros recursos. 

 

Las valquirias, la representación de la equidad de género en sociedades vikingas

El mito de las valquirias podría confirmar que las mujeres de los países nórdicos eran libres, fuertes y reinvindicativas. Como es sabido, según la mitología nórdica, las valquirias eran seres sobrehumanos con personificación de mujer que acudían a los campos de batalla para llevar consigo a los guerreros más valerosos que habían caído en combate y conducirlos al Valhalla, una especie de paraíso en forma de palacio en los reinos superiores (Asgard), en donde eran agasajados por toda la eternidad.

En estas historias, las valquirias eran guerreras que gozaban de fortaleza, salud y altura, características fisionómicas que, a decir de los investigadores, podrían ser posibles únicamente en un sistema equitativo en donde no hubiera diferencias de condiciones entre hombres y mujeres. 

Los estudios realizados por los arqueólogos demostraron que la equidad se vio reflejada en la fisionomía de su gente: probablemente las valquirias (y las mujeres de los países nórdicos) desarrollaron sus característicos cuerpos al realizar actividades (junto a los hombres) que requerían una fortaleza muscular mayor, proveyendo una mayor estabilidad económica a sus familias y elevando su posición en la sociedad.

A diferencia de las mujeres de otras regiones europeas, como en el Mediterráneo y Europa oriental, las mujeres del norte lograron tener un papel determinante en la historia de sus países, además de que han influido en el desarrollo de una mejor calidad de vida a nivel educativo, de salud, económico y de estilo de vida en actuales países como Noruega, Dinamarca, Suecia y Finlandia. 

 

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