*

Este hallazgo ofrece una nueva perspectiva sobre las sociedades cazadoras primitivas

Un descubrimiento arqueológico sumamente notable acaba de ocurrir en México, concretamente en una región en el centro del país conocida como Tultepec, en donde un equipo dirigido por Luis Córdoba Barradas encontró los restos de 800 huesos de mamuts, los cuales corresponden a 14 ejemplares de dicha especie

Sin embargo, lo destacado es la explicación de cómo los mamuts llegaron ahí, pues de acuerdo con la información proporcionada por los arqueólogos, tanto los restos óseos como el lugar donde se encontraron ofrecen muestras claras de que los seres humanos primitivos tendieron una trampa que les permitiera capturar, inmovilizar y eventualmente matar a dichos animales.

El descubrimiento llamó poderosamente la atención porque hasta ahora no se tenía evidencia de que el cazador primitivo le pusiera trampas a los mamuts, en parte por las dimensiones de estos animales. Al respecto, Córdoba Barradas explicó:

Los cazadores recolectores debieron excavar grandes fosas para utilizarlas como trampas, debieron de tener 25m de diámetro y 1.70 de profundidad […]; por los datos de la excavación y los datos sobre otros restos localizados en la zona, se puede pensar que los cazadores recolectores excavaron una o varias líneas de trampa.

Hasta ahora las hipótesis más comunes al respecto consideraban que los cazadores primitivos acorralaban a los mamuts en zonas como pantanos o barrancas, en donde fuera más sencillo lastimarlos o incluso que se lastimaran a sí mismos.

Por otro lado, este descubrimiento es también el de la mayor cantidad de restos óseos de mamuts.

Este es, sin duda, un hallazgo que puede cambiar la perspectiva que se ha tenido hasta ahora sobre nuestros ancestros y las sociedades cazadoras.

 

También en Pijama Surf: Culturas prehistóricas utilizaban psicodélicos durante sus funerales