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Una extraña coincidencia, en un día realmente incendiario

Dos de las grandes sedes religiosas del mundo ardieron al mismo tiempo. Mientras el fuego devoraba el techo de Notre-Dame en París, en Jerusalén un incendio, no tan voraz, se esparcía en la mezquita Al-Aqsa, uno de los principales templos del mundo islámico.

Las llamas dañaron un puesto de guardia en una sala de oración -conocida como Al Marwani- en la parte superior de la mezquita, pero fueron controladas sin producir más daños. Después de atajar el siniestro, el cual aparentemente fue causado por el juego de unos niños, según informes un tanto someros, la actividad de la mezquita ha sido regularizada y hoy estuvo abierta al público en una zona también sagrada para los judíos, conocida como el Monte del Templo.

Llama la atención que esto haya ocurrido el mismo día. Una extraña sincronía, que debe verse como eso solamente, como la conjunción del tiempo y no como una conspiración ni mucho menos. Por supuesto que los eventos pueden tener un simbolismo digno de considerarse, pero sería irresponsable pensar en causas intencionales. Lo que sí es que el mundo y el tiempo no dejan de ser enigmáticos. Notablemente, existen reportes de otros incendios en otras partes del mundo este mismo día. Como dice T. S. Eliot, "abril es el mes más cruel". El Sol atraviesa la casa de Marte y el mundo arde.